La feligresía de Santo Domingo de Guzmán ubicada en la parroquia Las Cocuizas, en la ciudad de Maturín, se abocó a recibir las cenizas para dar así el inicio a la Cuaresma, tiempo de reflexión, ayuno, oración, limosna y abstinencia.
Durante la homilía, el padre Manuel Gerónimo Sifontes, resaltó, que las cenizas nos lleva a interiosizar sobre nuestras acciones y actuaciones para con el hermano, con el prójimo y el que sufre.
"Debe ser un acto penitencial, que no debe quedarse en lo exterior, sino que por medio de este acontecimiento el hombre debe mostrar su verdadero arrepentimiento y el propósito de cambiar, de resucitar con Cristo que ha dado su vida por la humanidad", dijo el sacerdote.
Explicó el presbítero que las cenizas se usaron en la antigüedad como signo de penitencia y arrepentimiento por los pecados y faltas cometidas contra Dios que sigue dando esperanzas y oportunidades, nos refiere de dónde venimos y hacia donde vamos, y lo que debe ser el fin último, como lo es, el reencuentro con Dios padre creador.
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